Elinor Ostrom (7 Agosto de 1933-12 de Junio de 2012) la única mujer hasta la fecha en haber sido galardonada con el Premio Nobel de Economía, por su contribución al bien común, se ha ido a los 78 años de edad, después de una lucha frente a la enfermedad que habitaba en ella.
De esta mujer, me ha fascinado precisamente esta visión esperanzadora de cooperación entre las personas, y destacando que no siempre la gestión de lo común acaba en tragedia. Puesto que los individuos no tenemos los mismos intereses ni incentivos para la gestión de lo que es de todas y todos, y es por ello que no participamos de la misma manera en estos espacios, ella en vez de llamar a la intervención del mercado o del estado, tal y como siempre se ha hecho uso, prioriza el derecho individual de las personas, y sus normas.
Por esto ella ha enfatizado a través de sus estudios en comunidades dónde sí funciona la cooperación, que la clave está en el establecimiento de límites, en reconocerse mutuamente derechos de organización y participación, en la integración de las empresas y organizaciones en las realidades locales, en el establecimiento de mecanismos de resolución de conflictos, monitorización mutua del desempeño, creando mecanismos de reputación y establecimiento de sanciones graduales. Este vídeo ilustra bastante bien su legado:
El mismo día de su fallecimiento se ha publicado en el Project Syndicate un artículo titulado "Verdes desde la Base", que ella escribió a raíz de la Conferencia de Rio+20, en dónde una vez más llama al acuerdo, a la responsabilidad, pero sobre todo a la toma de decisiones y cumplimiento de objetivos para asumir el riesgo de no poner en peligro el bienestar de las generaciones futuras.
Ahora y después de haber finalizado la Conferencia y tras un análisis en el que parece que los acuerdos a los que se han llegado han sido mínimos, puesto que se ha priorizado por parte de los países industrializados la crisis económica a la crisis ambiental postponiendo hasta el 2015 la creación del fondo económico común para una economía verde, me he preguntado una vez más, sino son dos caras de una misma moneda y que se deben trabajar en conjunto.
Aquí queda mi recuerdo a Elinor Ostrom, y a sus enseñanzas.
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